viernes, 15 de mayo de 2009

"Donde habita el recuerdo: memoria de Luis Cernuda".

Luis Cernuda Bidón nació el 21 de septiembre de 1902 en Sevilla. Su educación fue rígida e intransigente debido al carácter y a la condición militar de su padre. Empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Sevilla en 1919, siendo uno de sus profesores Pedro Salinas, quien lo ayudó con sus primeras publicaciones. Al año siguiente fallece su padre. En 1923 deja la Universidad de Sevilla para hacer el servicio militar e ingresa en el Regimento de Caballería de Sevilla. En 1924 volvió para terminar la carrera, lo que consiguió en 1926. Asiste a los actos celebrados en el Ateneo de Sevilla con motivo del tercer centenario de la muerte de Góngora, pero sólo como oyente, aunque ya había conocido a varios miembros de la que sería denominada después Generación de 1927. En 1928 Salinas le ayuda a conseguir un lectorado de español en la Universidad de Toulouse. Se traslada después a Madrid en 1929, donde trabaja en la librería de León Sánchez Cuesta y se enamora de un joven actor gallego llamado Serafín Ferro, que no le corresponde; este amor insatisfecho inspira sus libros Donde habite el olvido y Los placeres prohibidos. Nunca negó su condición homosexual, factor que le hizo ser considerado en su patria un "raro" y rebelde, dada la mentalidad cerril y poco abierta de la España de entonces, "un país donde todo nace muerto, vive muerto y muere muerto", como dirá en Desolación de la Quimera. La consciencia de su aislamiento se expresa en una de sus imágenes más conocidas: Cernuda se ve a sí mismo "como naipe cuya baraja se ha perdido".
El mismo año que estalla la Guerra Civil publica la primera edición de su obra poética completa hasta entonces, bajo el título de La realidad y el deseo (1936). Durante el conflicto participó en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia. En 1938 parte al Reino Unido, donde trabaja como lector de español en la Universidad de Glasgow, la Universidad de Cambridge y el Instituto Español de Londres, pasando los veranos en Oxford en compañía del pintor Gregorio Prieto. En 1947 se inicia su exilio norteamericano; allí enseña literatura y logra por fin la ansiada estabilidad económica. Pasa a México en 1952, donde se enamora de un culturista, a quien están dedicados los Poemas para un cuerpo. Trata con Octavio Paz y con los Altolaguirre, en especial su mujer, Concha Méndez. Muere el 5 de noviembre en la Ciudad de México y es enterrado pocos días después en la sección española del Panteón Jardín.

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