domingo, 31 de mayo de 2009

Tirso de Molina, cuyo nombre real era fray Gabriel Téllez, nació en Madrid el 24 de marzo de 1579 y falleció en Almazán (Soria) el 12 de marzo de 1648. Fue un dramaturgo, poeta y narrador español del Barroco. Según algunos, fue hijo (ilegítimo) del duque de Osuna. De joven ingresó en la Orden de la Merced y pronto fue trasladado a América. Pero duró muy poco tiempo ahí, puesto que, después de dos años, lo vemos en Toledo, en donde vivió la mayor parte de su vida.
Al nombrar a Tirso de Molina de inmediato nos viene a la mente lo del drama del Siglo de Oro español. Para ello no tenemos más que mencionar dos de sus dramas muy reconocidos en el mundo de las letras: El Burlador de Sevilla y El condenado por desconfiado.
En un momento dado, Tirso fue criticado por sus hermanos de hábito, porque algunos de sus dramas trataban temas demasiado "humanos". Más tarde, en el Consejo de Castilla, se le prohibió escribir totalmente, por las mismas razones. Pero dicen los críticos que, a pesar de ello, continuó sigilosamente escribiendo.
Una de las características que distingue a Tirso del resto de sus colegas es, a pesar de ser fraile, el estudio psicológico que hace de la mujer. En general, cuando aparecen mujeres, que es muy común, el dramaturgo las perfila con mucha exactitud. Por otra parte, parece que no tiene inconveniente en vestirlas, a veces, con atavíos masculinos.
No solamente en sus dramas encontramos las magníficas cualidades literarias de este gran escritor, sino también en su poesía. Sus características principales podrían resumirse brevemente diciendo que Tirso es siempre muy mesurado, profundo en sus conceptos, con frecuencia tiende al humor sutil, pero siempre agradable y nunca hiriente.
Su poesía, incluso, casi siempre aparece formando parte de sus obra de teatro. Practicó y escribió en todas, o casi todas, las formas poéticas de su tiempo, tanto populares, o de "arte menor", como las más complejas, representativas del "arte mayor". Tiene varios "Certámenes" poéticos, mayormente de contenido religioso, pero llenos de humor y fina ironía.

sábado, 30 de mayo de 2009

""Los tres mosqueteros" de Alejandro Dumas".

El joven D’Artagnan abandona su lugar natal, Gascuña, para dirigirse a París, donde quiere entrar al servicio del Rey Luis XIII. Por el camino sufre una serie de percances, debidos sobre todo a su temperamento, que lo llevan a tener que enfrentarse a los tres mosqueteros Athos, Porthos y Aramis. Tras demostrarles su valor, la rivalidad se convierte en amistad.
Gracias a su valerosa actuación en el asedio de La Rochelle es aceptado en el cuerpo de los mosqueteros quienes antiguamente eran rudos leñadores. Junto con sus tres amigos se ve envuelto en una lucha con el poderoso Cardenal Richelieu y Lady de Winter, también conocida como Milady. Para salvar el honor de la Reina Ana de Austria puesto en peligro por una intriga del Cardenal que quiere poner en evidencia la relación amorosa entre la Reina y George Villiers, el duque de Buckingham, los mosqueteros emprenderán su aventura más peligrosa, que los llevará hasta Inglaterra.

viernes, 29 de mayo de 2009

""El conde de Montecristo" de Alejandro Dumas".

En Febrero de 1815 Edmundo Dantes después un accidentado viaje en el barco, El Faraón, del que es el segundo de abordo que lo ha llevado hacia la isla de Elba donde en esos momentos se encuentra recluido Napoleón Bonaparte, llega a Marsella para reencontrarse con su novia catalana Mercedes y así poder casarse. Pero ese mismo día tres hombres le llevaran a la ruina por diferentes motivos. Danglars también marinero del Faraón ambiciona el rango de Edmundo, Fernando joven catalán que está enamorado de Mercedes y quiere quitar de en medio a Dantes y por último Caerousse testigo de la conspiración urdida por los dos anteriores pero que no frenará. Los tres hombres redactan una carta anónima en la cual acusan a Dantes de llevar una carta del rey de Nápoles, Murat, al emperador en la cual se planea el retorno de Bonaporte. Dantes es detenido el mismo día y llevado a ser interrogado a la casa del señor de Villefort el procurador de Marsella. En el interrogatorio Dantes reconoce haber entregado una carta al Mariscal de la isla de Elba y haber recibido otra en contrapartida que tenía que llevar a París pero no tiene ni idea del contenido de dicha carta. Villefort le cree y le promete que por la mañana será libre. Pero Villefort coge la carta que tenía que ser entregada en París y descubre con horror que la carta va destinada a su propio padre y que efectivamente es una carta conspiratoria para ultimar el regreso de Napoleón. Villefort incumpliendo para salvaguardar a su padre manda encerrar a Dantes en el Castillod de If, prisión de la cual nadie ha conseguido escapar. Dantes en If conocerá la Abate de Faria que le rebelará dónde se encuentra un fabuloso tesoro. Dantes conseguirá escapar tras veinte años encerrado y se dedicará a planear su cruel venganza...

lunes, 25 de mayo de 2009

""El sí de las niñas" de Leandro Fernández de Moratín".

El sí de las niñas, es una obra teatral de Leandro Fernández de Moratín estrenada el 24 de enero de 1806 y representada hasta la cuaresma de ese mismo año.
Moratín tenía escrita El sí de las niñas en 1801. Era la primera obra que escribía después de La comedia nueva o El café, pues tanto El barón como La mojigata, estrenadas más tarde que aquélla, fueron escritas a finales de los años 80. Moratín tardó varios años en estrenarla. Dio a la escena sus producciones anteriores, y sólo después se decidió a publicar, en 1806, El sí de las niñas. Durante el mes de enero de 1806 ensaya la comedia con la compañía del Teatro de la Cruz. El día 24 de enero de 1806 se produce el estreno. El sí de las niñas no fue solamente un sonoro éxito de público: fue la obra de mayor aceptación de su tiempo y casi con seguridad el mayor acontecimiento teatral de todo el siglo. La obra se mantuvo veintiséis días seguidos y atrajo a más de 37000 espectadores, cifra equivalente a la cuarta parte de la población adulta de Madrid. Al éxito en las tablas se sumó el editorial. A las cuatro ediciones de 1806 hay que sumar la de 1805, que, al parecer, no fue la única de aquel año.
La joven doña Francisca (Paquita), que ha sido educada en un convento de monjas de Guadalajara, es destinada por su madre, doña Irene, para esposa del anciano don Diego. La joven, a su vez, está enamorada de don Carlos, un militar que es sobrino de don Diego. La acción transcurre en una posada de Alcalá de Henares a la que acude don Carlos para impedir la boda de su amada sin saber que es la prometida de su propio tío. Cuando logra enterarse del propósito de éste, don Carlos renuncia a su amor, pero el bondadoso anciano comprende que los jóvenes se aman y es él quien generosamente se sacrifica, bendiciendo la unión de doña Francisca y don Carlos, contra los deseos de la autoritaria doña Irene.